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Fraudes de la ciencia; El gigante de Cardiff

El gigante de Cardiff un fraude

El gigante de Cardiff es un fraude que nació para gastarle ua broma a un ministro fundamentalista que creía en las palabras de la biblia donde dice que los gigantes poblaban la tierra. De esta manera George Hull, un neonorquino ateo, decidió crear el gigante y burlarse del ministro y a posteriori, de todo el mundo

En 1869 "exhumación" del gigante en una modesta granja en la pequeña villa de Cardiff, cerca de Siracusa, al norte del estado de Nueva York.







“Gigante de Cardiff” apareció excavando un gran pozo, las palas comenzaron a chocar contra algo y poco a poco fue asomando una enorme silueta que parecía un hombre petrificado. Tres metros de alto, un metro de ancho de hombro a hombro, y unos pies de 53 centímetros.

El gigante se convirtió ne un gran negocio, las largas colas para ver a la supuesta maravilla bíblica no cesaron.
George Hull confesó la verdad el primo de Newell. En 1866, compró bloque de yeso y lo hizo tallar a unos escultores de Chicago, Luego, el mismo Hull le dio el toque final: pinchandolo con agujas de tejer para conseguir una piel de aspecto poroso, luego bañó al gigante de yeso con unos ácidos, para que pareciera más antiguo, y por último el gigante quedó bajo tierra durante un año, hasta que, finalmente, fue desenterrado por los sorprendidos excavadores.
 
 

 

El Gigante de Cardiff es un famoso engaño perpetrado en 1869 por un hombre llamado George Hull en la ciudad de Cardiff, Nueva York, Estados Unidos. Hull, un ateo que quería burlarse de la gente religiosa, se inspiró en una discusión que tuvo con un predicador sobre los relatos bíblicos de los gigantes que vivían en la Tierra antes del diluvio.

Hull ideó un plan para crear un gigante falso que pareciera haber sido excavado del suelo, y contrató a un escultor para crear la figura a partir de yeso, arcilla y cabello de caballo. Después de que la figura estuvo lista, Hull la envejeció y la enterró en un terreno que había comprado previamente. Luego esperó casi un año antes de contratar a unos trabajadores para que "descubrieran" el gigante mientras excavaban un pozo. 

 


 

La noticia de la "creación" del gigante se difundió rápidamente y atrajo a multitudes de curiosos y espectadores. La figura falsa, que medía más de tres metros de altura, se exhibió en varios lugares de los Estados Unidos, y se convirtió en un gran éxito de taquilla.

Sin embargo, algunos escépticos comenzaron a sospechar que el gigante era falso, y finalmente se demostró que era una falsificación. Hull admitió públicamente que había creado el gigante como una broma, y vendió la figura a un empresario que la exhibió durante varios años antes de que finalmente fuera destruida en un incendio.

A pesar de su falsedad, el Gigante de Cardiff sigue siendo un objeto de interés histórico y cultural, y ha sido objeto de estudios y exposiciones en museos de todo el mundo. 

 

 


 

En su momento fue considerado uno de los mayores fraudes a la ciencia.




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